ESPEJOS DE DELIRIO
Te menciono dulce petalo impalpable de mi noche
Con el murmullo del silencio que te ordena
Su inmortal alimento de vino y ternura,
Vente conmigo hasta esa lejana orilla
Llena de nenufares y paysajes alumbrados.
Escuchame, no te disuelvas en ese aire oxidado,
En esas invalidas rutas apagadas por el tiempo.
No te vayas sin calmar mis fiebres con tu fuego
Lejos del deposeido tropico de la nieble en su alba.
Tal vez me ire con los frutos de tu cuerpo,
Atare mis manos con tus manos en tu parque
Navegando con la lejana esperanza
Donde tu silencio es un espejo de delirio
Que teje el llanto radial de tu sombra.
Dejame cantar con tu voz poderosa diluida,
Silbame cuando andes con la noche
Con ese halito tan tuyo que rompe
Los altos cielos desmayados por tu alba
Sin que su eco volviera a su misterio.
Heme aqui colgado como un fruto que canta y rie
Con mis palabras despertadas en banderas victoriosas,
Esas que te buscan en un ritmo angustioso
Y te otorgan el dulce perdon a tus ofensas.
Escucha mi voz aun calida de aurora,
Alejate de esos banquetes de sal y veneno,
De esos malos truentes que arranan tu cuerpo
A traves las selvas de deseos sensuales.
Escuchame como si yo fuera el himno de un angel
Que brota silencioso tan cerca de tus lumbrales.
Heme aqui fabulosa dama de mi noche,
Te acuerdas? Hayer bebia la leche de tus senos,
Hayer fluia contigo con la calma del eterno.
Juntos eramos dos espejos en delirio,
El fugaz capricho de mi sangre con tu sangre,
Dos idolos hechos de pan y de plata
Dos figuras iluminadas de albas y aureales.
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ISRAEL