\"¡Oh bendito corazón!
Que me haces sentir profundo
el efecto de un segundo,
es mi mundo… la razón.\"
Cecill Scott
De tus besos, niña hermosa,
A pesar de ser virtuales,
Son para mí tan sensuales
Que la nostalgia afanosa
cual la espina de la rosa
Me hiere sin compasión
Es tan grande mi pasión
Y el deseo de sentirte
En mi alma sumergirte
¡Oh bendito corazón!
Tus abrazos, niña mía,
A pesar de la distancia
Llenan de amor y fragancia
Y de dulce melodía
Mi existencia que sufría
Los dolores de este mundo
Que al conocerte fecundo
Remedio de amor halló.
Tanta dicha me embrujó
Que me haces sentir profundo.
Tu recuerdo me conduce
¡Oh niña labios de fresa!
A la ternura que expresa
Un cariño que seduce
Y en mi mente se introduce.
En su mar de amor circundo
La ola donde me hundo
Para cabalgar en ella
Y sentir con mi doncella
El efecto de un segundo.
Eres, niña, la sonrisa,
Que a la distancia percibo,
Sin ella no te concibo,
Niña hermana de la brisa
Que en mi alma se divisa
Como una tentación
Que convida a la pasión
Sin tregua y sin desenfreno
Sentirte, niña, de lleno
es mi mundo… la razón.