Si los colores cambian sin ser percibidos
y los niños cantan en las calles sin dominio
si las hojas de los árboles caen sin perjuicio
y el día enfría sin previo aviso.
Si los días van y los meses llegan,
y los recuerdos abruman a las estrellas
¿por qué dar justificacíon y palabras
a aquellas cosas que no pueden ser contadas?
El corazón se agita, entre ratos danza,
luego de golpe se oprime y calla
porque todo lo ha dado, sin obtener nada a cambio
porque ha soñado y despertado sangrando.
Ya las heridas son cicatríces.
De ellas solo quedan los recuerdos tristes.
Y aunque todo es incierto, ambiguo;
hoy el otoño funde en el cielo
los restos caídos.