Yo escribo a la vida,
a mi pueblo y a la flor,
a la felicidad perdida,
escribo versos de amor.
Yo escribo al niño que nace,
que abre sus ojos a la luz del sol,
a la madre que en sus brazos lo mece
entre rezos y plegarias de amor.
Yo escribo a mis hijos y nietas,
a todo lo bello de mi alrededor
y del alma nace cada letra
porque escribo con el corazón.
Yo escribo a los mayores,
a los abuelos en soledad,
a sus ojos cansados y tristes
con lágrimas de infelicidad.
Yo escribo para no llorar,
para no sufrir, para no pensar
en la pérdida de mi otra mitad
que se fue y ya nunca volverá.
Con el pensamiento volando,
con la pluma y los pinceles en la mano
voy alternando, escribiendo y creando
dulces poesías y bellos cuadros.
Suspendida en el aire siento
que hay otra dimensión,
se me ensancha el corazón
y todo mi ser se conmueve.
Yo escribo al Amor, palabra divina
que encierra del alma lo más bello,
amor a la vida, al mundo entero,
cuatro sílabas de una dulce sinfonía
que al oirla te eleva al Cielo.
Fina