Si en un siglo de egoísmo navegamos
tiende tus manos, con amor fraterno,
a todo el que sufre y no tiene amparo
Se indulgente, con aquel que sufre,
con el hombre enfermo, con el niño vago
entrega amor al tender tus manos
Todo el mundo ansía palabras cordiales
caras sonrientes, dulces, complacientes,
manos tibias como el sol poniente
que cubran, con cálidos rayos
la fe ya perdida, de todos los hermanos.
Si no tenemos nada!
solo manos rudas y morenas
manos de labriego, de esforzado obrero.
Recuerda la semilla que en tu alma guardas,
abre tu corazón y entrégalo sin miedo.
Todos juntos, en un surco sembraremos
semilla de amor, para que germine el grano
y florezca el amor que todos anhelamos.
FLOR SILVESTRE