ULISES CAPELO

Balada de un amor postmortem

Cuanta gente despidió
dos cuerpos que se van durmiendo,
en medio de frías lágrimas
que nunca podrán apagar
el deseo ardiente de sus almas,
de amarse una eternidad,
y no llegar hasta el temido fin.
 
Parece todo esto un sueño
del que es difícil despertar;
somos dos gotas en un vacío
con mucho espacio para amarnos más.
 
               ***
Ya dejó de ser un mito
el amarse de verdad,
nadie querrá creer
que es mejor morir.
 
               ***
El silencio es la melodía
que llena la soledad,
al ritmo del que danzamos
la felicidad.
 
               ***
El deseo está a nuestros pies,
nuestros latidos son uno solo;
nos penetramos tan profundo
hasta aceptar que somos materia.
 
               ***
Signos de entender profundo
calientan nuestro alrededor,
un cuadro ya sin barreras
que desborda sensación;
ahoga nuestros corazones
que vibran con más sentimiento;
queremos otra vez sentir morir.
 
Nuestros alientos se han unido,
el morir se hace uno solo;
bullicios pasan por mil caricias
y los gemidos hablan la verdad.
 
               ***
El tiempo se siente herido
y moja nuestros cuerpos rojos
con sudor ardocristalino
que nos estremece más.
 
               ***
La confusión no hace notar
cual es el que acabará;
los movimientos
son más fuertes y tiernos.
 
               ***
El mundo gira sin sentido
en busca de una razón
y despierta en nosotros otro amor
que se convierte en una excitación.
 
               ***
La vulnerabilidad se pierde
en medio de la pasión y el fuego
que alimenta más el vacío
que deja el deseo muerto;
ya nada es parecido
a todo lo que sucede,
porque nuestros corazones
aún no mueren.
 
               ***
La muerte salta junto al fuego
ardido del amor de siempre,
y sus destellos queman
recuerdos que quedan del amar.
 
               ***
Y el agua que rebasa
el filo de lo que será
arrasa las cenizas
en las que estamos.
 
               ***
Distanciados en la corriente
que fluye con misterio,
bajo el cauce nos unimos
silenciosamente.
 
               ***
Con pálpitos del deseo vivo
fraguamos otros cuerpos rojos
en los que descubriremos
que somos el uno para el otro.
 
               ***
Busquemos la identidad
de nuestra realidad
y hablemos de ella
con fricciones tenues.
 
               ***
Desenredemos el calor
que abraza fuerte al amor;
tejamos un manto
con suaves besos.
 
               ***
Perdidos en fulgores finos
escapados de la inmortalidad
volemos más allá
de la infinidad.
 
               ***
El tiempo se ha confundido
en nuestra insaciedad
y el sueño se ha desvanecido
en la realidad.
 
               ***
Colores vivos dan cabida
a la oscura seducción;
el día y la noche
son ficciones.
 
               ***
Sin una sola palabra
nuestras almas blancas hablan mucho;
somos dos sentimientos
que nunca morirán.