Siento correr los años
como si fuera en sueños
pues aún me veo
con el ánimo de antaño.
Siento correr los meses
con ansia que me estremece
ante el hecho ineluctable
de que el ser fenece.
Veo pasar los días
con el pensamiento inmerso
en honda melancolía,
quisiera atrapar el tiempo
que se escapa sutilmente
a mi entereza, a mi valentía,
y me digo a toda hora
que tan solo cada instante
es más que un diamante,
y ha de ser intenso y recto
que no perturbe vibraciones
en esferas superiores;
que sea cada pensamiento
transparente, blanco y puro
para que se torne eterno
y no se quede en este mundo.