Casi me desmadro pensando en ti,
En tus ojos azules, tu piel morena,
Esos labios que muerden y dejan huellas.
Los cabellos tuyos, que turban y rebullen
Tus dedos hincando mis carnes, mi celo,
Encegueciendo mis ojos de puro placer.
Tus brazos de ébano cercándome
Y tus piernas que enredan , retozan y ciñen
De repente comprendí que sólo
Especulaba y hasta el mismo sexo
Nació de repente, imaginándote.
CARLOS A. BADARACCO
13/11/13
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