amapolanegra

Y cae la tarde en un simple suicidio

 

¿A qué sabe un té caliente? No tiene sabor y  hiere, hiere,

igual que aquel muro erguido entre el mar y la calle, hieren sus picos de yeso,

al deslizar las manos recorriéndolo.

¿A qué sabe una tarde poética? Sabe a almendras dulces,

también sabe a lágrimas, a olvidos.

¿A qué sabe esa ola que regresa a sus pies? , es un beso cálido,

  egoísta, lo roba, lo esconde entre sus labios,

nadie sabrá porqué cambió el rumbo ese beso,

 enredado en un puñado de algas.

Ofelia, Laura, María, Olivia, dicen: Hoy no quiero despertar,