Que duro pensar que vos estás allá y yo acá.
Para vos: vos en tu acá y yo en mi allá.
Y que acá o allá o allá o acá vos y yo pensamos una cosa
que a veces es la misma
y esa misma cosa es un deseo fuerte
y ese deseo fuerte puede ser las ganas que nos entran de vernos
y las ganas que nos entran de vernos aunque nos consuman no son suficientes
y no son suficientes porque las ganas no materializan.
No materializan.
Pero te espero en mi acá o allá y yo sé que vos lo haces en tu allá o acá. Y así nos vamos yendo entre los días de la semana. Esperando.
Esperando.
Pero llega un día en que acá o allá se hace más cercano. Y somos nosotros juntos acá o alla.
Y nos vamos caminando por todos los lugares como sí nunca hubiera habido brecha entre nosotros.
Pero es difícil.
Es difícil.
Sólo uno que otro fin de semana:
y allí nos descubrimos nuevamente
pese a que mil veces nos hayamos descubierto
y nos encontramos entre charlas
aunque mil y una hayan habido entre una que otra cerveza y un café
y nos amamos como dos jóvenes que nunca han amado
a pesar que llevamos tanto tiempo juntos
y acá o allá o allá o aca hay una certeza que nunca es nueva y que por vieja
no va a cambiar:
¡TE AMO!