Lo que viene con el recuerdo.
Se ha ido el canto de las olas,
el trino del ave tiene hogar en el silencio,
hasta las nubes guardan rencor al cielo
y en su mismo camino, el sol tiene otro andar.
No es el de antaño este viento,
el que cruzaba las ramas y rozaba mil caras,
tal vez vuela alto en otro cielo,
quizá busca nuevos rostros que agradar.
Los patios, cementerios de trompos,
envejecen con la carencia de pisadas,
los juegos ahí a cabo llevados
son hoy, humo y soledad de otro tiempo.
Ya no hay pasión en las distancias,
el suspiro flagela la espalda de la edad,
los montes ya no son montes
sino prisión eterna del asfalto;
y aquel crepúsculo que se enterraba tarde
hoy se hunde en algún terruño virgen.
Por eso, es duro apelar a la memoria,
pues lo que viene con el recuerdo
es voz que dulcifica las vivencias;
pero nos apura a gustar la muerte.