Nuestra relación tuvo un buen inicio
besos y abrazos con ternura
ciego, no reparé en el precipicio
al que caerían el amor y la dulzura.
En tiempo y lugar nuestras vidas convergieron
culpable de esto fue el destino.
Tiempo y destino convirtieron
este amor esencial en anodino.
La tristeza a mi corazón tomó por residencia
y se plasma en mi mente un futuro ignoto
donde ya no me basta la resiliencia
aunque sea yo de la esperanza un gran devoto.
Fuimos ambos, a lo que logro yo captar,
víctimas de una notable insipiencia
y solo nos queda aceptar
que este amor, es un amor en decadencia.
Dioniso.