¡ESTAMOS LOCOS!
La tarde se desnuda,
cuando caminamos por la calle,
el corazón me acompaña,
su blancura de gaviota,
inundó mi vista,
cuando el sol,
entró por la ventana.
Mis manos, antes vacías,
juguetearon con su piel,
el rostro se duerme,
los latidos brincan en el pecho,
su boca de granada,
pinta la mía.
Libre, al fin, para hoy llegar,
a tu abisal misterio,
a tu rosa nácar perfumada,
de olor marino,
de movimiento de olas.
Vamos a caminar,
las nacientes sombras nos esperan,
nuestras dobles pisadas, juntas.
Tenía muchas ganas de este paseo,
de hacerlo contigo.
El olor del mar, percibo,
volteo y te pregunto.
¿Acaso es tu perfume íntimo,
que me va envolviendo,
como neblina de rocío?
¿O es el mar,
que se extiende ante la vista?
Sonríes, el sello de tu boca,
me silencia.
Y me dices, -Tu lo sabes,
desde aquella tarde,
que el sol entró
por los vidrios pintados-
Con el sentimiento que me inspiras,
tomo tu mano con amor,
la aprieto entre la mía,
y seguimos caminando.
A la vista de quien pasa,
sin darme cuenta,
volteo tu rostro,
y te beso largamente.
-¡Estamos locos! -
muy quedo, me dices.
Si, contesto,
el amor nos vuelve locos.
EL POETA DEL AMOR. 15-11-13.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.