Hoy estoy volando para aprender, para conocer lo existente bajo mis pies. Sentir así, el viento deslizándose entre mis alas. Escucho el murmullo del viento y la paz rodea la atmósfera. Puedo ver como la oscuridad va inundando a esas almas que dejan de soñar tan solo, por vivir un poco de su tangible perpetuidad. Hordas de palabras que galopan sobre olas de libertad gritando y llorando perdón. Ésta clara noche alberga estrellas que invitan a despegar. No logran escuchar mi voz llorar, ni suelen recoger las lágrimas que fallecen en tierra árida. Percibo el lamento de un chucho, ladra el infeliz la ausencia de ese amor que pereció. Dolor ausente carente de alas, que nadie extrañará. Llegando a las luminiscencias de lo etéreo, comienzo a desplomarme desangrando mis entrañas y cortando el aliento de Ícaro, llegando al Hades en un parpadeo.