Murialdo Chicaiza

MI MUERTE

 

Quiero enfrentar a mi muerte

lastimera, leprosa y triste

entrar cabalgando en su puente cadavérico

a descansar:

en la oscuridad tranquila

de su nombre que aniquila.

 

Su frente besar quiero, ciego,

sentir su descarnada hediondez;

que mis lívidos labios  la toquen

sí eso quiero

saber el misterio de los siglos

segar con su hoz fría

un tálamo de huesos antiguos.

 

La muerte no es más

que dos amantes que se mueren

que se desviven de tanto amor

y los desenterramos

y los hallamos en una futura

estación del tiempo

unidos en un beso descarnado

hueso con hueso

tan delgados y atribulados

aturdidos por los siglos

hendidos en miles de muertes

por la vida de las vidas

amén.