¿Tienes idea lo que representas
en mi vida?
No sé si lo sabes...
o tal vez sí.
Dios quiera sea así.
Tu presencia, es esa gran calma
de la que varias veces expresé.
Es la gran alegría de vivir,
de soñar, de estar en este mundo
atestado de penas, de angustias,
de intolerancia...
No estés ausente en mi sentir...
Búscame, y me encontrarás...
aquí, en estas páginas en blanco
que cubrimos de pensamientos...
de ilusión, de pasión...
y de una gran necesidad
de sentirnos acompañados...
No quiero estar solo yo
en estas páginas.
Necesito de tu presencia.
Ella me hace sentir
una felicidad interior,
que no puedo describir,
exactamente...
Temo a veces no puedas interpretarme
y esquives tu mirada,
e ignores la necesidad
que tengo de tu presencia...
No estés ausente en mi sentir.
Sigue acompañándome...
¡te necesito tanto!...
como un padre necesita
del amor de sus hijos,
como un esposo necesita
del ardor de su esposa...
como un amigo/a
necesita la cercanía
de una amiga/o.
Trata de no ignorarme.
Hazme feliz con tu presencia.
No estés ausente en mi sentir,
porque necesito de ti para vivir...
Cuando tienes lastimada el alma,
te daría la mía para que se sane...
Todo es cuestión de sentimientos,
entrégame los tuyos...
déjame continuar siendo feliz.
No estés ausente en mi sentir...
¡Qué maravilloso es vivir,
sabiendo que no estás
ausente en mi sentir!
Derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 17/11/2013)