Había una vez un león
Rey de toda la selva
Guerrero y buen gladiador
Amo de su ciudadela
Su estirpe de gran señor
Con su brillante melena
Lo hacían merecedor
De venias y reverencias.
Un día radiante de sol
Arribó una damisela
Que lo indujo al amor
Y lo llenó de sentencias
El pobre león le creyó
Dejando de ser una fiera
Y de pronto se convirtió
En lo mismo que una oveja.
Por la selva se corrió
La noticia como una hoguera
Y al par de meses llegó
Un león tras de las hembras
El manso león rugió
Pero su voz ya no era
Aquella que un día espantó
Hasta los hombres con flechas.
Cabizbajo se marchó
A perderse en las praderas
Y este cuento se acabó
Con refrán si es que lo hubiera.