¿Por qué tan largo ha de ser mi verbo
Cuando sólo he de decir pavadas?
¿Por qué entre ráfagas de vientos han de circular
Las estrofas de una gansada tan grande?
Yo no sé escribir, ni sé decir
¿Por qué he de parir palabras tan tontas?
¿Tan idiotas frases he de verter al vacío?
Si nadie las lee, ¿para qué decirlas?, dime.
Quizás entre ellas haya algo,
Un revés de sano juicio que esgrimiera
Aquella señal elocuente que dijera
Para que tú expresaras una mención honorífica
Que ensalzara tan jactancioso pensamiento imbécil.
Por ello mi silencio no es vano y sólo se desvanece
Ante la gran palabra nacida del alma.
ENTONCES
¿siendo del alma todo lo que digo?
¿habrá palabras tan estúpidas como las mías?
CARLOS A. BADARACCO
18/11/13
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