EDUARDO FAUCHEUX

MORIR POR UN AMOR LIBERADO

MORIR POR UN AMOR LIBERADO

 

Un haz de luna llena se coló, insistente,

por una rendija entreabierta de la persiana,

impactando en las pupilas, “semidurmientes”,

del poeta, con su cara inclinada hacia la ventana.

***

Ese haz de luz iluminó un raro sueño de amores

de dos amantes inmersos en intensas relaciones,

donde intercambiaban sus inquietantes sabores,

en medio de apasionantes y de reñidas posiciones.

***

 Entonces, algo mágico ocasionó aquel brillo plateado

en el plácido sueño que estoy ahora mencionando,

en donde cada personaje soñado había planteado

sobre amores, contando cuánto se estaban amando.

***

 Y en esos planteos en tantos amores variados,

de amores entre personas o en sus aficiones,

surgen las intolerancias y celos entrelazados,

entre seres enfermos, con sus humanas pasiones.

***

La condición al amar es sentir y dar libertad;

sin límites impuestos y sin imponer condiciones,

ya que quien ama debe sentir urgente necesidad

de obsequiar a su ser amado todas las concesiones.

***

 No pueden haber, entonces, en situaciones extremas,

ni celos profundos, ni odios y ni otro tipo de restricciones

que afecten la vida de quienes se ama, ni en otros dilemas,

pues debe haber libertad ni ningún tipo de amargas cuestiones.

***

 Así, al amar se deben respetar las libertades de aquel ser amado;

de dejarlo libre de expresar toda su vida en la forma que quiera;

para ser esclavo de quien ama, de su sueño o por apasionado,

o ser libre de volar de ese sueño o amor, o de una quimera.

***

 Y así resulta que en este extraño sueño verídico,

en este poema, por la luna llena, tan iluminado,

surge una moraleja: de que, en todo amor idílico,

quien ama sinceramente, ¡debe morir por un amor liberado!

***

Eduardo Faucheux

18-11-2013