Amor que ahora se desvanece,
que al humo se nos asemeja,
que mirando a lo lejos parece
barco que en el infinito se aleja.
Amor que alguna vez fue pasión,
que se mantenía en pie de lucha,
sentir que alguna vez fue oración
y ya ni siquiera “amén” se escucha.
Amor que se soñaba hasta despierto,
del que era yo dueño y tú la dueña,
que era una verdad y hoy no es cierto
pues ni siquiera dormido se sueña.
Amor que simplemente dejó de ser,
que encontró una estúpida muerte,
ninguna culpa en esto ha de tener
el destino, nunca fue cosa de suerte.
Culpa nuestra de no tener base firme
o de tenerla… y perder esa solidez,
entré en tu vida sin intenciones de irme
y ahora creo que nunca entré, tal vez.
Sólo puertas de salida me encuentro,
la única de entrada hoy cerrada está,
amor que ya no te quema por dentro,
llama que luce en tu alma extinguida ya.
Viento que de pronto dejó de soplar
por no haber un te amo en su soplido,
porque ya no conjuga el verbo amar
y está aprendiendo a hablar de olvido.
Amor, palabra que perdió su vigencia,
fue como una moda más, pasajera…
quiso tal vez que valiera su esencia
pero nunca supo encontrar la manera.
Atrás van quedando besos, instantes,
abrazos que en algún momento sentimos
y unos “te amo” que por estar distantes
ya no sabemos ni cuándo los dijimos.
Amor que se desvanece, que se muere
sin encontrar un auxilio en su agonía,
un adiós que no se dice porque hiere
y un perdón que quizá tarde llegará un día.
Poema original de Álvaro Márquez
Venezuela
Todos los derechos reservados
18/11/2013