En la triste cuenca de tus ojos
Te fui infiel una vez más
Noche lacrimosa que yaces inerte
Ante mí,
En la refriega constipada
Y en lo atónito de lo mezquino,
El volumen gaseoso de la nocturnidad
Bullía un ápice anoréxico
De lánguida concupiscencia,
Y lo mancebo del cuerpo
Ondulando las ansías tras la sombra de lo ambiguo
Y el silencio cómplice insinuándose
Por romper la coartada tácita,
Y lo superficial, sonrisa superficial
En el carmesí de unos besos…
Besos sin promesa con fuga a lo efímero,
Y el trenzado de unos brazos
Aferrándose a una cruel impostura
Tras la celosía del deseo tránsfuga;
Los tallos espinosos de unos cuerpos
Que se encuentran sin encontrarse,
Alargándose sin final,tupidamante
Desde la raíz casi seca que absorbe la noche
hasta
El lascivo fruto que apenas se sostiene
Al caer la impune madrugada.