Raúl Daniel

Las Puertas Secretas de la Nada

En la espesura inasible

donde mi alma habitará un día,

tal vez no exista ni tiempo ni distancia,

y sólo haya la paradoja de la nada...

 

“Tal vez” son las palabras más precisas

para definir exactamente la ignorancia,

tal vez, entonces, y de ese modo

en la nada logre saberlo todo.

 

Me fui a los sabios de la filosofía

(en sus escritos y en sus propios labios),

bebí la ciencia y la sabiduría

por muchos años...

 

Seguí tan tonto como fui hasta ahora,

sólo que tengo muchas más preguntas,

más ignorancias y un montón de dudas.

 

Espero ansioso que las negras sombras

llenen mis ojos con la eterna ausencia,

y entonces puedan abrirse a mi alma

las secretas puertas... la verdad completa.

 

¿Dónde está la muerte?, ¿dónde está la vida?,

¿qué absurda mentira es eso de la suerte?,

si todos nacemos a vivir muriendo,

¡y lo vamos haciendo un día cada día!

 

Tal vez haya llegado ya a la locura

(que es otra frontera que da con la nada),

pero baten palmas a mis extravagancias,

aunque no me entienden... (tampoco procuran).

 

Cuando (con palabras) les dibujo mitos,

cuando escribo rimas o invento metáforas,

aún rompiendo reglas, obtengo laureles

(que muy bien me vienen para echar al guiso).

 

¡No quiero laureles!, ¿para qué aplausos...?,

¡tráiganme más vino, música y mujeres...

o cualquier veneno! (y no me hagan caso).