De volcanes se enciende mi garganta
y los ecos del viento que vigilan presurosos
cualquier estallido al cielo que se oponga,
devolver el alma a su aposento.
Van desnudos los alientos y recuerdos
se congelan las miradas en mi pecho,
sacramentos en los mares, hoy se esculpen ,
y las rocas con sus huellas, con sus dedos...
Son las mismas marcas las que cubren tu silencio
cuando el sueño no te advierte lo vivido
y los cántaros prescindir puedan de los cielos
desgarrados entre olas y desiertos...
Pueda este coraje encendido
simplificar la fuerza que ocultan las luciernagas
y openerse a la falsedad de los destinos
que se tiñen entre rocas y delirios...
Hoy el recuerdo trae consigo tu existencia
y las huellas perplejas aun camelan en mi oido
las hojas de plegarias poéticas , ya cesan
y la tinta se manchado con olvido.
Van pasando, incertidumbres inmediatas
que se vencen confundidas entre el fuego
esa carne seca que va ardiendo la madera
y el perfume que se extiende en el sendero
esa juventud que se unge de existencia
que reclama condenas y amnistía
por do quiera, la trampa de la naturaleza
el umbral en busca de salidas...