Flota tu recuerdo en abril
bajo la lluvia
testigo del deseo
imantado en mi piel
de un noviembre
de líneas embriagadas
que han venido a quedarse
en todas las aristas de mi cuerpo.
Se adentra en mi sangre
el sueño de tus labios
la fiebre del ocaso
hasta un amanecer
donde el rocío
es una constante soledad
que me dejaste
con ganas de perderme
en la penumbra rosa
de tu húmeda carne
la ruta que iluminan tus caderas.
Hay momentos del alma
que parezco alejarme
como si no estuviera
y el aire transparente del deseo
sin embargo
sabe que existo en primavera.
Sandor