El caos agrede, asusta y enreda,
Su inmensidad abruma nuestras mentes,
Ensombrece las posibles simientes.
Más sus trayectos abren la vereda,
caminos hacia múltiples orientes;
con las habilidades que uno hereda
para esquivar alguna polvareda
y arrumbar a los duendes más hirientes.
Con el estímulo de sana estética
a la que utilizo como florete,
Adobada por mi razón frenética;
Dicen que puede irse todo al garete,
Por que no existe sólo matemática.
La clave radicará en el intérprete.