Sé que tú sabes aliviar el día en que no estas,
como sal o miel que tejen mis tinieblas, y días oscuros,
y me concedes la distracción con otra pista de tus besos.
Sé que tú sabes permitirme escribirte,
gracias a los días que me aquejan,
y los jazmines que te acuerdan.
Sé que sabes mucho de mí,
porque la historia no se olvida,
o porque el reñir de mis textos,
permanece en tu sangre diluidos en sentires.
Sé que tú sabes caerte en mí,
como lo hacen las rocas malignas,
de los planetas heridos,
caerte como una lagrima escalofriante,
que hunde el peso de mi hombría.
Sé que tú sabes…
Ser la única, que a los lugares haces fraccionar,
para permitirme entablar conversación,
con mi mente jugando a las palabras.
Humberto Velásquez Jiménez
18-Nov-2013
3:16 p.m.