1
Porque mí alma incorpórea y sin nombre,
En tu vientre amoroso tuvo su génesis
Porque tus ojos de ternura inmutable,
Han sido mí luz y mi sosiego,
En mis oscuros senderos de angustia.
2
Porque para ti nada es sacrificio;
Siempre va primero el lustro y bienestar
Del fruto bendito de tu vientre;
Porque en tu regazo tierno y puro,
Siempre encontré aquel refugio,
En los momentos de gran tribulación.
3
Porque el amor, que de Dios proviene;
Sin medida me lo has prodigado,
Un amor sin restricciones, transparente
Que nunca se acaba; es para siempre
Con todas estas razones tengo suficiente
Y un porque llamarte: Mamá, Mamá.
Sócrates A. Chavarría Ch.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS