Rocío V-P.

¿QUIÉN PUDIERA...?

 

¿Y, quién pudiera descifrar

los intrincados motivos

de la maldad...?

 

Los cerebros de asesinos

hoyos negros, remolinos,

imponen su existencia

destruyendo los destinos,

en su afán de inmolar, justifican

esfumar en ultranza la vida...

 

¿Cómo se explica...

en dónde se origina

el motor del placer de matar?

De misma madre han nacido,

como copos de nieve, distintos...

 

¿Dónde encuban los deseos

de dañar, destruir, exterminar...?

Humillar el orgullo de humanos

a el pundonor pulverizar,

constante dolor causando...

 

¿Qué mueve a alguien

a encontrar gozo en

el ego del prójimo morder

al saciar los deseos bajos,

o a la sangre hacer correr,

a la tortura extender

en sonrisa, atormentando...?

 

¿Será recreo, trauma, pecado, odio,

insania, genes, costumbre u ocio?

 

Instintos que intimidan

y la humanidad aniquilan...

 

Yo no quiero el mal entender...

sólo quisiera que algún día

pudiera del mundo desaparecer...

 

 

 

 

 

Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce