Es de algún modo el barómetro de nuestra autoestima
El que lo acepta con naturalidad es que bien camina
El que necesitándolo ansioso los busca, un pobre necio
Y aún cree convencido que la crítica es un mero desprecio
El que aceptándolo, recapacita que quizás no los merece
Es de natural modesto, honrado y con la vida crece.
No le hace caso si viene de serviles y pelotas
No se cree mejor que otros por haberlos recibido
Como bolas de tenis con su raqueta los rebota
Se hace autocrítica positiva y medita :
¡ En este mundo hay demasiado idiota ¡
Diplomado en mentir con disimulo
No universalizo ni me convierto en crítico
Me refiero a trepadores lameculos
Y en general a casi todos los políticos.