A solas, en silencio, he recordado tus ojos,
Los mismos que cerrabas al entregarme tus besos,
Aquellos que al mirarme, solían hacerme preso,
Cautivo, siempre dispuesto a satisfacer tus antojos
A solas, en silencio, he recordado tu aliento,
He recordado los besos que me entregaste ayer,
Te recordé estando a solas, en silencio… y sin querer,
En una especie de carcajada, solté una sonrisa al viento
A solas, y en silencio, he descubierto tu ausencia,
Recordé tus sonrisas, tus manos suaves de seda…
Tu cantar en silencio, cuando feliz junto a mí, tú eras,
De tanto recuerdo que tuve, volvió a mí ser, la paciencia
A solas, y en silencio, volví a sentirte en mis brazos,
Sentí acercar tus pasos y hacerme otra vez tu dueño,
Al despertar, no estabas ahí, debió ser tan sólo un sueño,
Que te hacías estar junto a mí, fundidos en un abrazo