Con música de fondo,
leve música que llega al oído
y el maldito escalofrío que siento dentro de mi oscura noche.
Allí, en esa bóveda húmeda duerme tu sonrisa borrosa,
la apagada luz de tus ojos y
las palabras que pronunciaron tus labios.
Las gotas de lluvia caen en las charcas
formadas en las calles y tus palabras caen como puñaladas
que rasgan un telón.
Nuestra de vida de luces,
risas, flores y caretas.
Siempre actuando, tu careta frente a la mía,
tú riendo y yo callando.
Las luces se apagan,
la función ha terminado,
de nuestra obra sólo queda el comentario...
y esta obra que te dedico.