Las dolencias del alma
no son nada
cuando se deja salir a volar
el dolor.
Retorciéndose en el suelo
están heridas las alas...
Fue distracción del olvido
alojado en el recuerdo.
¡Y ella atribulada
de vez en cuando
intentaba
volver a existir en el pasado!
Con la piel desnuda arde
de angustia,
y sus cenizas le van ahogando
el corazón,
rojizas flamas tienden la tarde
en donde
ella ha caído buscando amor.
Volar no pueden sus alas rotas
sin sentimientos, faltas de amor,
derramó en la tierra
la derrota
entre grises nubes,
porque nunca le alumbraba
el sol.
Julio Medina
11 de noviembre del 2013