Ramón Bonachí

EL PARRANDERO

Si llego alegre mi santa
por una noche de ronda,
no hay bravo que te responda,
tu sabes bien que me encanta
aliviar bien mi garganta.
Porque me tratas mi cielo
igual que a un cabronzuelo,
y me dices que aunque fume,
cabalgo con el perfume
de algunas gatas en celo.


Tú me quieres gobernar,
pero yo soy un baranda
que le gusta la parranda,
y de noche berrear
hasta que cierren el bar.
Mi santa no grites tanto
que enojada no te aguanto,
y aunque te jure cariño,
tengo voluntad de niño
y no llegare a ser santo.