Cuando yo esté feneciendo,
dentro de mi corazón,
una llama irá perdiendo
poco a poco su fulgor.
Será la llama de amor,
que a mi me hizo feliz
y me brindó lo mejor
que tenía para mí.
Esa llama pertenece
a un hombre que es especial,
que mi amor pagó con creces,
con su trato, y con su amar.
Me brindó tanto cariño,
tantos momentos preciosos,
que para mí ese niño
es mi amor, maravilloso.
Vero
Vero