Orlando Valle

Isabel

 

…comenzó a cantar con una voz melodiosa

Giró con la mano alzada

El vestido la imitaba

Descubría las rodillas hasta quedar vencido

Y caer

 

Era libre

Nadie la veía

Sus pies descalzos

Las ventanas abiertas inspiraban su éxtasis

Las cortinas blancas bailaban al viento

La luz se filtraba

Dibujaba una sombra pálida por las paredes

 

Giró muy alegre

Giró hasta llegar a la cintura

El vuelo de su enagua

Y descansó en su nariz el aroma de la primavera

Y su piel se perló de un rocío que se disipó

Y su rostro centelló una sonrisa infantil y muda

E inclinó su cuerpo

Y quedó ahí dormida, en el piso frío, para siempre…