D ime como hago yo, porque no puedo evitar,
I r rozando la rosa aunque la espina lastime,
M e pasa de continuo, me pasa hasta sangrar,
E s por eso que insistentemente digo; dime:
C omo hacer que de la nada día y noche broten,
O dejen de brotar, con sus matices en forma
M ajestuosa y singular renuevos que derroten,
O jos y corazones sin sujetarse a normas.
H aría tantas promesas pero sería tonto
A ñadir más tortura y despertar al capricho,
G iran las palabras tanto y se confunden pronto,
Olvidando completamente lo que se ha dicho.
Y a finalizo mi carta como quien no entendió:
O h! por favor ya dime, dime como hago yo.