Recuerdos mojados con olor a café
recién preparado.
Como primer alimento, un “buenos días y una sonrisa”
sazonado con una oración de agradecimiento
por el nuevo día y el pan de cada día,
que aunque suene redundante, más me sabe a rima
de añoranza.
Recuerdos de amor, de ternura ,de oración;
recuerdos inocentes , dulces, generosos
que quedaron en el alma, en la piel, en la mirada,
impresos en la sangre, en la vida
que va marcando el compás día tras día.
En ellos me recreo, en ellos me solazo
En ellos me reconstruyo
Cuando emerjo de la autodestrucción
A la que me someto a veces.
En ellos refundo mis creencias,
por ellos me levanto para seguir andando
en este devenir constante
en que me necesito altiva, sobria
y bien cimentada.
Son ellos la esencia de mi vida.
Son mi vida.