Robledo de Chávela, 22 de junio de 2005
Hoy celebro el haberte conocido
el poder compartir contigo
este reconcomio íntimo
de un estado más que divino,
sintiendo la luz de tu mirada,
que ilumina la oscuridad de mi alma,
creando la necesidad de estar a tu lado,
para que desaparezca turbio anhelo,
esta ansia confusa del miedo.
y me haga despedir al vacio,
y sentir la abundancia del sentido
que tiene estar contigo.
Wicttor