Llegó un anónimo aquel día
A mis manos y decía:
“¡No te dejas amar!, por eso
Frío como el viento
Peligroso como el mar
Y dulce como un beso…
Te Amo”.
En mi cabeza retumbaba
Yo me preguntaba:
¿Quién serás?
¿Dónde estarás?
¿Porque ese mensaje enviaste?
¿Por qué no me lo dijiste?
Y aún cuando tanto tiempo ha pasado
Todavía me pregunto:
¿Estarás a mi lado?
O ya estamos separados.