Quizás un día pienses que solo soy poesía,
y olvides el río profundo de mis sentimientos,
contemplando la leve y fugaz, balada mía.
No atesores el viento,
ni confundas la armonía
del amor, transcrito al verso,
con músicas de fantasía.
Quizás un día pienses que solo soy poesía,
y te olvides de mi sangre, mi carne, mis huesos
y mis ansias de fuego, cuando te poseía.
No atesores el viento,
Si no aquel que lo guía,
que tras mi alma hay un cuerpo,
que es tu amante cada día.