Cuando sientas que tu mente y tu espíritu
se conjugan
percibirás del universo que una energía
te subyuga,
una fuerza positiva
que te invade y te circunda.
Sentirás una paz intrínseca,
que tu estado anímico fluctúa
y que convergen en ese instante
la inteligencia con la cordura...
Indefectiblemente sentirás la necesidad
de eliminar lo negativo,
de aclarar tus dudas y de ser objetivo.
Y si sientes que deseas controlar
tu lucha subjetiva
entre el bien y el mal
o intentas encaminar a tu vida
en una correcta dirección,
entonces, cierra los ojos
y escucha la voz de tu interior...
Adolfo César (NAZARENO)