Escapo de tu enojo
En busca de una sólida vibración
Donde la piel del poeta
Se hace carne frente a mí
Para volar libre
Por todos los cielos del mundo.
Sin guarida y sin voz,
Me sumerjo en lo infinito de tu alma
Y caigo rendido a los pies
De una musa creadora,
De un nuevo trovador,
Signos,
Donde el ocaso de la vida
Se evapora por fin
Para volver con su frente marchita
A navegar el río oscuro
De su muerte en soledad,
Palpitas el eco
Que llama a tu ventana,
Que grita loca y desesperada
Por aquellos tulipanes que flotando están,
En un infinito cielo azul,
Vestidos de un blanco perfume,
Sin querer,
Vuelvo a la montaña más alta,
Subo y transpiro,
Corro y muero,
Grito y desespero.
Julio Casati