No puedo olvidarme
de aquellos besos
que me robaste,
no sé si fueron por cariño
o sólo por puro placer,
más desde aquel día
mi vida embrujaste
y vivo como una sonámbula
hechizada, deseándolos
de nuevo otra vez,
añorándolos de noche y día.
Tanto deseo y pasión
nunca había probado,
de esa manera
nadie me había tocado,
tu mirada me hacía
sentirme desnuda,
con la ternura de tus ojos,
tristes, profundos y claros.
Cómo no quieres que tiemble
cuando paso por tu casa,
al ver las flores que has cuidado
un nudo en la garganta
me ahoga el llanto,
pero yo me controlo
y no corro a llorar a tu lado.
Ha pasado el verano,
ya no hay esperanzas,
he girado la página,
pero aquellos besos,
no los puedo arrancar
de mi recuerdo.