En algún lugar del planeta en que te encuentras,
¿cuál será tu nombre? ¿Qué sabré yo de ti?
Quizá por imprevisto has llegado a leer mis líneas,
que coplan fragmentos de amor en tu pantalla.
Recito para aquel que vive en desamparo,
para aquellos que escasan de un ósculo y un abrazo;
para aquel que precisa palabras que animen,
y renueve sus fuerzas con gran divina estima.
Quizás estés ablandado como un rapazuelo,
al saber que al fin se abrió la rígida entrada,
que antes solo eran vanas y tentadoras ilusiones,
y ahora convives con ese sueño que has anhelado.
Para algunos, solo será motivo de desgarro,
subestimados por culpa del bendito peculio.
No todos acogen el mismo sentido ingenuo,
y si así fuera, ya estaríamos en el firmamento.