RRomero

De las aguas frescas

Agua y agua tranquila

que en el calor no se derrite

sino que se agita.

Agua y agua de suerte

que en el desierto

te salva de la muerte.

Agua y agua de vientre

que de ese mundo tan noble

sólo te queda nacer.

Agua y agua de río

que de tanto hechar piedras

desvías el camino.

Agua y agua maldita

que de entrar en ella

te vas a ensuciar.

Y por fin:

Agua y agua de amor

de la que una vez mojado

ni de las penas te quieres secar.