Alta es la rutina de los árboles mojados
Sucia y ruin,
la mordida del bastardo
Angelical, bella y diáfana,
la hebra de hilo que me une a ti
Jardines de globos ensangrentados
vagan y ladran
El clítoris de tu boca esconde un mundo nuevo
Galopa una cigüeña que abrasa el mar
Hablan los ángeles del río y te nombran
Cruzan caminos de polvo,
reluciente y amargo,
para asomarse
al lecho de piedras blancas
Fantasea, mientras escribe,
un poeta herido,
que se rinde a lo absurdo
de una quimera contigo
Créeme si te digo que esto es vacío,
que todo es inventado sobre la marcha,
que escapo allí donde nadie, o todos entienden,
que hacerlo así, no vale nada,
que esto no es poesía,
que un poema es otra cosa
y que es una pena desperdiciar algunos versos,
...pero hay que hacerlo
Lo entiendes ¿verdad?
No te marches sin decírmelo