Con setenta años al hombro
caminados de punta a cabo,
convirtiéndome en muchacho
una condición he apostado.
En la mitad de mi cuerpo
un pircing como delfin he clavado,
en el tobillo izquierdo
una mariposa en vuelo
con tinta negra he grabado.
Varios envases metálicos
de diferentes pinturas
un grafitti en la muralla
he dejado sus texturas
una pulsera de cuero
con el nombre de una dama
llevo en la mano derecha
para pensar que ella me ama.
Y las barbas de un pirata
llevo en el pecho esculpido
para pensar que este mundo
es terreno de los sufridos.
Así mis años joviales
son una aventura que intenta
entre pitos y pastillas
volveré a los setenta.