Tengo deseos...
esos que tú y yo
hemos tenido.
Los que aún
perduran en nuestra piel
y en nuestro cuerpo...
Deseos lascivos...
besos deseados...
caricias ofrendadas
con todo el ardor
de nuestro corazón...
Tengo deseos
de penetrarte suavemente,
como a ti te gusta...
decirte dulces palabras
de amor que brotan
de mi alma,
morder tus orejas,
tus senos,
e ir descendiendo
hacia tu oscura selva...
Deseo introducirme
todo en ti
y hacerte vibrar...
de gozo y felicidad,
logrando así también la mía...
Amor, ¡cuánto te deseo!...
DERECHOS reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 23/11/2013)