Fue en el quinto día
el que se me retó a tí
en tus manos se encontraba mi vida
ya tan pronto como lluvias llegan en abril
y así entonces sus frías gotas
rodaban sobre mi.
Casi de inmediato a la acallada petición
dejaba en blanco la hoja de requisitos
para así abrir paso a la bella sensación
de besar tus labios exquisitos,
para así abrir paso
por la grieta de tus labios.
Senderos húmedos de tu lengua tímida
se encontraban a la calzada de mi boca
la fricción gritaba silenciosa
en mi mente una y mil notas,
siempre y cuando a la orilla del camino
el amor fuese correspondido
y en la mañana olvidado
como lo es ahora.
Pues bien sabemos los dos
que nuestro encuentro no era lo mejor
bien sabemos los dos
que lo bello se acaba e inflige dolor.
Solía querer despiderme sin hora en el día
pero ahora entiendo que no importa
solo sigo con mi vida.