Yo es que ya no tengo amor,
y por eso no escribo...
¡Nah!... No estoy sintiendo pena, tampoco alegría;
no recelo de nada ni nadie ahora mismo,
pero es que no siento amor
y por eso no escribo.
No converso,
no veo la televisión ni escucho la radio,
tampoco me apasiona lo poco que hago;
la amistad se me ha quedado casi en nada,
pero no siento pena,
y por eso no escribo.
Sé que no tengo amor, sé que ya no siento amor;
no quiero amistad, ya me quedé sin amigos...
Siento que olvidé algo que debía olvidar,
y tal vez hubiese sido mejor recordar,
pues, ¡vaya logro!, ya no puedo escribir,
y por eso no escribo.